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martes, 7 de octubre de 2014

Tarjeta Bruciano


La música como inspiración

Buenos días, algunas veces me preguntáis de dónde sale la inspiración para las tarjetas, algunas veces como decía Pablo Picasso "la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando". En mi caso el otro día me encontró pintando con mis copic y escuchando a Eros Ramazzotti con Anastacia en la canción I belong to you. La escucho en italiano, porque aunque no he estudiado nunca italiano la siento muy cercana, no sólo por la evidencia de la lengua, sino porque la vida me hizo un regalo maravilloso acercándome a Santino. Todo el mundo debería conocer a Santino, es un alma pura, una persona inteligente, vivaz, divertido, pero sobre todo es mi Amigo (sí de los que van con mayúsculas). 

Gracias a él he conocido la maravillosa Sicilia y a su gente, sus fiestas, la arquitectura, el arte en general... cabe decir que soy de historia del arte y la única vez que he llorado ante una arquitectura fue allí, y que conste que me da algo de corte reconocerlo, pero me invadieron siglos de historia, y golpearon mi corazón produciéndome lo que yo creo que fue un pequeño ataque del síndrome de Stendhal.


Pensando en todo aquello, cantando a pleno pulmón la canción de Eros, deteniéndome de forma casi hipnótica en una frase "quanto bruciano dentro, le parole che non ho più detto" (algo así como cuanto queman dentro las palabras que no he dicho ) entonces vinieron a mi unas ganas locas de crear esta postal.


Era la primera vez que usaba los copic sobre una superficie diferente a la cartulina, no sabía como iban a reaccionar, pero me gusta el resultado, parece aún más fuego de lo que había pensado.

La textura de la partitura que le dí al tag tenía que estar ahí, fue la canción lo que me inspiró.


En el Amor, como en la canción, las palabras que no se dicen queman nuestro interior. No tenemos que guardarlas ahí, cuando Queremos a alguien tenemos que decirlo, tenemos que olvidar el "ya lo sabe, no necesita oirlo..." ¿y tú? ¿no necesitas decirlo?

Pero no siempre lo que guardamos son buenas palabras, ¿verdad? reproches que se van alimentando en nuestro interior, que empezaron siendo pequeños y acaban siendo grandes... porque no decir las cosas cuando nos molestan, cuando nos duelen, hablar sin temor al otro, desde el respeto es la mejor forma de no dejar esas palabras arder en nuestro interior. 

Os dejo esta reflexión para que llenéis vuestro día de Luz, y dejo aquí un beso especial para mis amigos en Sicilia, pero especialmente para Santino.

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